En 1915, Ramon Casas i Carbó retrata a Julia Peraire, vendedora de lotería de la barcelonesa Plaza de Cataluña y amante del artista durante su madurez hasta que se convirtiera en su esposa en 1922.
Retratada en diferentes poses y actitudes (en varias ocasiones, disfraza de manola), Julia aparece, en este lienzo, sentada y ataviada a la española, con una torera, peineta y flores en el pelo. La obra responde claramente, de este modo, al gusto de los clientes extranjeros de la segunda mitad del siglo XIX por los retratos afines a la estética española más tópica.
Este precioso cuadro se encuentra en el Museo Carmen Thyssen de Málaga.