La mayoría de las mujeres que trabajamos fuera de casa nos enfrentamos también a la dura tarea de llevar una familia y una casa a nuestras espaldas, esto requiere desarrollar muchas facetas y una gran organización. Aún hoy día, el gran peso de las tareas del hogar y cuidado de los hijos sigue recayendo exclusivamente en la mujer. Es cierto que algunos hombres “colaboran” (seamos realistas, más bien pocos), pero tampoco se trata de colaborar, sino de repartir las tareas domésticas por igual.
Este doble trabajo va desgastando físicamente a la mujer e incluso la sobrecarga puede contribuir a desarrollar actitudes perfeccionistas que le lleven a obsesionarse por realizarlo todo, acabar todas las tareas, atender correctamente a su familia, etc.
Todo esto da lugar a lo que se da en llamar el síndrome de superwoman: este síndrome, a veces escondido detrás de una depresión o ansiedad, afecta a muchas mujeres en la actualidad, sin diferencia de edad o estatus económico o social. Este problema lleva a un sentimiento de insatisfacción muy grande, desgana por actividades que antes resultaban gratificantes, desmotivación en el trabajo, etc. sus síntomas habituales son dolor, insomnio, tensión muscular, náuseas, espasmos musculares, irritación, mareo, jaquecas, aumento considerable del estrés diario y trastornos de la alimentación.
La búsqueda de la perfección y de protagonismo en el trabajo y el hogar son, entre otras, las causas principales de la aparición en los países desarrollados de este problema que afecta a un grupo considerable de mujeres.
El primer paso para comenzar a erradicar el problema es escuchar nuestro cuerpo, ir al médico y enfrentarnos a lo que tenemos, de nada vale cerrar los ojos a este problema «No hay que preocuparse del problema, hay que ocuparse de él». Y lo que es muy importante, vamos a reconocer que no somos invencibles, que no podemos con todo y que no somos perfectas.
En Estados Unidos, se reconoce a este síndrome como, la epidemia silenciosa del siglo XXI, siendo uno de los 10 factores, que en la década de los 90, causó más problemas de estrés.