A ti querido cochino, digno de veneración.
Que eres regalo en el campo, y en la mesa bendición.
A ti querido cochino, mi animalito gruñón.
Que te entregas a los hombres, para su satisfacción.
Arrepentido y concrito, hoy te vengo a pedir perdón.
Por las veces que maldije, a los hombres con tu voz
Por las veces que he llamado, cerdo, guarro, puerco y chon,
A ladrones y canallas, de torcida condición.
También me arrepiento ahora, en pública confesión.
Por los reproches que te hice, por aquello del colesterol.
Por ello señor cochino, yo te vengo a pedir perdón.
A glorificar tu vida, y a nombrarte mi santo patrón.
~
“Oda al Cochino”
Recogido en el Álbum “A ti Querido Cochino”
Nuevo Mester de Juglaría
Pingback: Cavilaciones erróneas – Charjaim