¿Cómo asustar al pasajero que está al lado?


 

Como asustar al pasajero que está sentado al lado tuyo en el avión, en el tren o en el autobús :

1. Saca tu ordenador portátil de la bolsa
2. Ábrelo muy despacio
3. Enciéndelo
4. Asegúrate de que está mirando la pantalla
5. Después arranca tu navegador preferido
6. Cierra los ojos y levanta la cabeza hacia el cielo…
7. Respira profundamente…y haz clic sobre el link que tienes abajo :

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El efecto yo-yo


 

yo yo

Este fenómeno de subir y bajar peso como un yo-yo, se produce por la natural reacción del organismo de compensar el déficit energía que ha tenido que soportar durante la restricción de calorías de la dieta milagrosa.

Para movilizar sus reservas de energía, el organismo utiliza el glucógeno almacenado en el hígado para convertirlo en glucosa, que sirve de combustible al sistema nervioso y a las células sanguíneas.

Como las reservas de glucógeno son limitadas, el cuerpo va a usar las proteínas del músculo, lo que va a producir atrofia y debilidad muscular. Además, durante el proceso de descomposición del glucógeno y la absorción de proteínas del músculo, se pierden también gran cantidad de agua, sales minerales, urea y ácido úrico.

Solo después de unos 10 días aproximadamente de haberse debilitado, nuestro organismo comenzará a utilizar a la verdadera y única culpable del sobrepeso, la grasa.

En torno al 80 % de las personas obesas que quieren adelgazar utiliza alguna dieta milagro. Pero los resultados a medio plazo son siempre desalentadores.

Cuando se abandona la dieta (y hay que recalcar que son dietas que no pueden mantenerse indefinidamente), los sistemas que regulan el hambre y la saciedad inducen un exceso de ingesta de alimentos para compensar las recientes restricciones. Es un primitivo sistema fisiológico de defensa para prevenir la muerte por desnutrición.

Además, cuando el organismo nota la brusca falta de alimento, reduce su metabolismo para intentar gastar menos energía, con lo que se dificulta el adelgazamiento y la dieta debe ser por ello mucho más drástica de lo que sería necesario.

El resultado es que cuando se abandona la dieta «milagro», se recupera el peso perdido y, normalmente, algo más. Pero hay otros inconvenientes. El peso que se ha perdido tan rápidamente es, en su mayor parte, agua y músculo. Sin embargo, un porcentaje elevado de lo que se recupera más tarde, se almacena en forma de grasa.

Pero además está el hecho incuestionable de que estas dietas pueden perjudicar, y a veces gravemente, nuestra salud, pues someten a nuestro organismo a graves carencias nutricionales: vitaminas, minerales…

Por último, el efecto psicológico del fracaso puede hacer que consideremos nuestra obesidad como un problema que no tiene solución. Pero esto no es cierto. La clave está en ponerse en manos de profesionales, seguir dietas razonables que no perjudiquen nuestra salud, realizar una actividad física adecuada a nuestras condiciones y, sobre todo, asumir que nos va a costar cierto esfuerzo y que el cambio debe ser para siempre.

Bebé baila Samba


Regalar flores


 

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Regalar flores es un gesto en la mayoría de los casos bien recibido y apreciado, son una gran manera de expresar un sentimiento: desde las ocasiones en las que algo hay que celebrar hasta en aquellas que la intención es revertir los efectos de algún evento desafortunado.

El simple hecho de dar implica consideración, una acción carente de egoísmo y, en este caso, esa acción va representada de una manera delicada y sutil a los sentidos: colores, texturas y aromas. Todas las personas reaccionamos ante estos estímulos y una flor, de entrada, contiene exquisitas representaciones de estas características.

Desde la antigüedad, se le ha tratado de dar un significado especial a cada flor y a cada color. Se sabe que, desde el siglo diecisiete, los turcos utilizaban las flores para enviar mensajes secretos y, siendo un código tan popular, la francesa Madame Charlotte de la Tour se dio a la tarea de identificar alrededor de 800 flores y ordenarlo en lo que fue el primer diccionario de flores, en el año de 1818, “Le Langage des Fleurs”.

De acuerdo a la región y a la cultura que estudiemos, podemos encontrar una gran diversidad de interpretaciones y usos, pero hay ciertas convenciones que prevalecen, entre las cuales están, por ejemplo:

  • Las rosas rojas, utilizadas para expresar amor y pasión.
  • Las rosas blancas, asociadas a la inocencia y pureza. Utilizadas popularmente, tal vez por eso, en las bodas.
  • Las rosas de color rosa expresan gratitud y agradecimiento, felicidad, crecimiento espiritual.
  • Los claveles, denotan distinción, elegancia.
  • Las margaritas, son utilizadas frecuentemente para demostrar sentimientos de afecto puro y desinteresado.
  • Los tulipanes, en sus diversos colores, tienen un uso muy similar al de a las rosas.

Pero atención, «protocolariamente, hay que tener muchísimo cuidado, ya que cada cultura posee su propio lenguaje floral. En Tailandia, por ejemplo, la orquídea se relaciona con los difuntos. En Francia existe la costumbre es entregar ramilletes de trece flores y no una docena como hacemos en España e, incluso, en otros países lo típico son los ramos de 10 unidades. Un buen consejo: si vas a regalar un ramo a un amigo extranjero, que sea muy variado, con flores de diferentes tipos y colores».

He aquí consejos básicos que sin duda serán de gran utilidad para la próxima vez que desees expresar lo que sientes con flores:

  • Presta atención a las preferencias de la persona a quien le regalarás flores, puede ser esta la oportunidad para que desarrolles tu capacidad para observar y escuchar con detenimiento… Sorprende a tu pareja con un arreglo floral que tenga sus colores o sus flores favoritas generará una impresión mucho mejor que un simple ramo de 12 rosas rojas.
  • Como en cualquier otra situación, debes tener claras tus intenciones con la persona a la que le regalarás flores, ya que las flores mal elegidas ¡pueden enviar el mensaje equivocado! No tengas miedo de preguntar en la florería acerca de cuáles son las flores mas apropiadas para la persona, tipo de relación y ocasión.
  • En la mayoría de los casos, el tamaño no es lo que más importa ya que, aún cuando tu presupuesto sea limitado, no significa que tu capacidad para causar alegría también lo sea, una sola flor basta para alegrar el día de alguien, escógela con cariño y ya tendrás la mayor parte del camino recorrido.

El efecto que debemos buscar es aquél que, al recibir flores de alguien especial, haga que todo lo demás parezca eclipsado, ante la radiante belleza de los sentimientos expresados.

El roble y la hiedra


 

roble

El hombre edificó su casa y la embelleció con un jardín interno. En el centro plantó un roble. Y el roble creció lentamente. Día a día echaba raíces y fortalecía su tallo para convertirlo en tronco, capaz de resistir los vientos y las tormentas. 
Junto a la pared de su casa plantó una hiedra y la hiedra empezó a levantarse velozmente. Todos los días extendía sus tentáculos llenos de ventosas, y se iba alzando adherida a la pared.
Al cabo de un tiempo la hiedra caminaba sobre los tejados. Y el roble crecía silenciosa y lentamente. 
– ¿Cómo estás, amigo roble?, preguntó una mañana la hiedra
– Bien, mi amiga, contestó el roble.
– Eso dices porque nunca llegaste hasta esta altura-, agregó la hiedra con mucha ironía.
Desde aquí se ve todo tan distinto. A veces me da pena verte siempre allá en el fondo del patio.
– No te burles, amiga, respondió muy humilde el roble. Recuerda que lo importante no es crecer de prisa, sino con firmeza. 
Y el tiempo siguió su marcha. El roble creció con su ritmo firme y lento. Las paredes de la casa envejecieron.
Una noche una fuerte tormenta sacudió con un ciclón la casa y su jardín.
El roble se aferró con sus raíces para mantenerse erguido.
La hiedra se aferró con sus ventosas al viejo muro para no ser derribada.
La lucha fue dura y prolongada. 
Al amanecer, el dueño de casa recorrió su jardín y vio que la hiedra había sido desprendida de la pared y estaba enredada sobre sí misma, en el suelo, al pie del roble.
El hombre arrancó la hiedra y la quemó.
Mientras tanto el roble reflexionaba: 
– Es mejor crecer sobre raíces propias y crear un tronco fuerte, que ganar altura con rapidez, holgados de la seguridad de otros.