Se denominan alimentos transgénicos a los obtenidos por manipulación genética que contienen un aditivo derivado de un organismo sometido a ingeniería genética; también se llaman así a aquellos que son resultado de la utilización de un producto auxiliar para el procesamiento, creado gracias a las técnicas de la ingeniería genética
La biotecnología de alimentos aplica los instrumentos de la genética moderna a la mejora de localidad de los productos derivados de las plantas, animales y microorganismos. Desde tiempos remotos, él hombre ha seleccionado, sembrando y cosechado las semillas que permiten la obtención de los alimentos necesarios para el mantenimiento de su metabolismo. De la misma manera, se ha fabricado pan, cerveza, vino o queso sin conocimiento alguno acerca de la ciencia genética involucrada en estos procesos. Desde muy antiguo, los genes de los alimentos han sufrido una modificación, destinada a aumentar sus cualidades benéficas. La biotecnología moderna permite a los productores de alimentos hacer exactamente lo mismo en la actualidad, pero con mayor nivel de comprensión y capacidad selectiva.
Los caracteres introducidos mediante ingeniería genética en especies destinadas a la producción de alimentos buscan, también, el incremento de la productividad (por ejemplo, mediante una resistencia mejorada a las plagas) así como la introducción de características de calidad nuevas. Debido al mayor desarrollo de la manipulación genética en especies vegetales, todos los alimentos transgénicos corresponden a derivados de plantas.
Las técnicas de ingeniería genética consisten en aislar segmentos del ADN (el material genético) de un ser vivo (virus, bacteria, vegetal, animal e incluso humano) para introducirlos en el material hereditario de otro. Por ejemplo, el maíz transgénico que se cultiva en España lleva genes de bacteria que le permiten producir una sustancia insecticida.
La biotecnología influirá positivamente en los siguientes aspectos:
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Mejor calidad de los granos en semilla.
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Mayores niveles de proteínas en los cultivos de forrajes.
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Tolerancia a sequías e inundaciones
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Tolerancia a sales y metales.
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Tolerancia al frío y al calor.
Los beneficios de los alimentos transgénicos pueden ser:
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para la salud (nutricionales)
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preservación (o de duración de la vida útil del alimento)
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producción (mejor utilización de las tierras de cultivo, menor uso de pesticidas en la producción agrícola).
Para hacernos una idea:
La modificación del arroz genéticamente para lograr un contenido de hierro y caroteno mejorado, se traduce en una mejor calidad nutricional del arroz.
La incorporación de un gen bacteriano en las plantas de patatas que aumenta la producción de almidón y reduce el contenido de agua, por esta razón este tipo de patata absorbe menos grasas cuando se fríe.
Las plagas de insectos son uno de los elementos más devastadores en agricultura. Por esta razón, la introducción de genes que provocan el desarrollo de resistentes a uno o varios órdenes de insectos ha sido un elemento común a muchas de las variedades patentadas. Las ventajas de este método suponen un menor uso de insecticidas en los campos sembrados con estas variedades, lo que redunda en un menor impacto en el ecosistema que alberga al cultivo y por la salud de los trabajadores que manipulan los fitosanitarios.
La introducción de genes nuevos en el genoma de la planta o del animal manipulado provoca transformaciones impredecibles de su funcionamiento genético y de su metabolismo celular; el proceso puede acarrear la síntesis de proteínas extrañas para el organismo responsables de la aparición de alergias en los consumidores, la producción de sustancias tóxicas que no están presentes en el alimento no manipulado, así como alteraciones de las propiedades nutritivas (proporción de azúcares, grasas, proteínas, vitaminas, etc.).
Hasta la fecha no hay casos probados de daño producido por el consumo de transgénicos, sin embargo los riesgos por consumo de estos alimentos podrían ser:
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Posible generación de resistencia de las bacterias a algunos antibióticos útiles para el ser humano.
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Reacción alérgica a los nuevos alimentos en personas susceptibles.
Existen estudios y observaciones que indican que el consumo de alimentos derivados de los transgénicos aceptados en Estados Unidos o en Europa no presenta riesgos para la salud.
Algunos de los peligros de estos cultivos para el medio ambiente y la agricultura son el incremento del uso de tóxicos en la agricultura, la contaminación genética, la contaminación del suelo, la pérdida de biodiversidad, el desarrollo de resistencias en insectos y «malas hierbas» o los efectos no deseados en otros organismos. Los efectos sobre los ecosistemas son irreversibles e imprevisibles.