La vigorexia o complejo de Adonis, no esta reconocida como enfermedad, por la comunidad médica internacional, pero se trata de un trastorno o desorden emocional donde las características físicas se perciben de manera distorsionada, al igual de lo que sucede cuando se padece de anorexia, pero a la inversa.
Una persona que se ve siempre con falta de tonicidad y musculatura, lo cual la lleva a realizar ejercicio físico de manera obsesiva compulsiva y pesas cada día de manera continuada, padece de vigorexia, en la mayoría de los casos su cuerpo se desproporciona, adquiriendo una masa muscular poco acorde con su talla y contextura física.
Este trastorno o desorden psíquico asocia belleza con aumento de masa muscular. La mayor parte de las horas del día están dedicadas a realizar ejercicio físico y a pensar en poder llevar a cabo una dieta rica en alimentos proteicos para así aumentar la musculatura del cuerpo. Este cuadro se ve agravado cuando todo se une al consumo de anabolizantes o esteroides que faciliten o mejoren ese aumento de proporciones corporales. Entonces, y como consecuencia, aumenta el riesgo de padecer enfermedades, lesiones hepáticas, cardiacas, disfunción eréctil, problemas de fertilidad y cáncer de próstata, entre otras.
Aunque no cabe duda que en el desarrollo de esta enfermedad cuenta mucho los factores socioculturales (el culto al cuerpo, los cánones de belleza modernos…), también están relacionados con desequilibrios de diversos neurotransmisores del sistema nervioso central, y más concretamente de la serotonina. Por ello, se puede recurrir para el tratamiento de esta enfermedad a fármacos que actúen sobre estas sustancias. Sin embargo, la terapia fundamental es de tipo psicológico. El objetivo es modificar la conducta del sujeto, recuperando su autoestima y superando el miedo al fracaso.
Con todo lo señalado anteriormente el perfil de una persona que presenta este trastorno incluye puntualmente:
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Distorsión de la imagen corporal
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Baja autoestima
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Entrenamiento con dedicación compulsiva y casi exclusiva, dejando de lado otros asuntos y eventos de orden social, laboral y cultural.
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Adicción a la báscula
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Tendencia a la automedicación
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Dieta muy alta en proteínas, en la mayoría de los casos la dieta va complementada con productos anabólicos y esteroides.
Al igual que la anorexia la vigorexia se presenta por una distorsión de la imagen corporal. Afecta tanto a mujeres como hombres, pero al contrario que la anorexia, es mas un trastorno masculino. Existe un aislamiento social y laboral, ya que este trastorno emocional, puede llegar a evolucionar en un cuadro obsesivo compulsivo, a lo que se le suma una alteración nutricional, metabólica y deformación corporal.
Todas estas son características comunes a la anorexia, pero también existen otras diferencias muy marcadas: Podemos puntuar que la auto-imagen en la anorexia es de obesidad, mientras que en la vigorexia la auto-imagen es de debilidad y falta de tonicidad muscular. En las mujeres es más frecuente la anorexia y por el contrario la vigorexia es más padecida por personas de sexo masculino. En lo que al uso de medicación se refiere, cuando existe anorexia se usan laxantes y diuréticos y ante la vigorexia, anabólicos.
No cabe duda que los factores socioculturales, como el culto al cuerpo y los modernos cánones de belleza, son decisivos en el desarrollo de estos trastornos emocionales y de alimentación. Pero también hay ciertas alteraciones bioquímicas en los neurotransmisores a nivel cerebral relacionados con este tipo de patologías. Fundamentalmente el tratamiento debe ser del tipo psicológico, ya que se debe intentar modificar la conducta de la persona afectada, su autoestima y su pánico a un posible fracaso.
Ante estos trastornos, la prevención es la mejor solución. La anorexia, bulimia y vigorexia son trastornos de alimentación que están todos íntimamente relacionados entre sí: La obsesión por una aceptación del entorno social y por una imagen corporal perfecta.
Es muy importante saber diferenciar vigorexia con la practica habitual de cualquier deporte, ya que el deporte nos beneficia mucho física y mentalmente, aportando innumerables ventajas a nuestra salud y calidad de vida.
Por lo tanto no se debe caer ante modelos de belleza estereotipados por nuestra sociedad actual, debemos aceptarnos como somos, con un cuerpo y mente en equilibrio.