Hubo un tiempo en el que el abanico jugó un importantísimo papel en la relaciones humanas y más concretamente en el flirteo entre las mujeres y los hombres, donde se expresaban deseos, sentimientos o rechazos por medio de este complemento.
El abanico era por excelencia un autentico medio de comunicación entre las damas y los caballeros de la época (siglo XIX y principios del XX) y aunque hoy día ese modo de comunicarse esté en desuso, es curioso recordar alguna de sus más curiosas «posturas» y su significado:
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Abanicarse rápidamente. Te amo con intensidad.
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Abanicarse lentamente. Abanicarse de forma pausada, significa soy una señora casada y me eres indiferente. También si se abre y cierra muy despacio significa esto.
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Cerrar rápido. Cerrarlo de forma rápida y airada significa un «No».
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Caer abanico. Dejar caer el abanico significa: te pertenezco.
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Levantar los cabellos. Si levanta los cabellos o se mueve el flequillo con el abanico significa que piensa en ti, que no te olvida.
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Contar varillas. Si cuenta la varillas del abanico o pasa los dedos por ellas quiere decir que quiere hablar con nosotros.
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Cubrirse del sol. Significa que eres feo, que no la gustas.
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Apoyarlo sobre la mejilla. Si es sobre la mejilla derecha significa «Si». Sobre la mejilla izquierda es «No».
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Prestar el abanico. Si presta el abanico a su acompañante, malos presagios. Si se lo da a su madre, quiere decir «Te despido, se acabó».
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Dar un golpe. Un golpe con el abanico sobre un objeto, significa impaciencia.
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Sujetar con las dos manos. Si sujeta el abanico abierto con las dos manos, significa «es mejor que me olvides».
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Contar o abrir cierto número de varillas. La hora para quedar en una cita, en función del número de varillas abiertas o «tocadas».
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Cubrirse los ojos. Con el abanico abierto, significa «Te quiero». Si nos cubre el rostro puede significar «Cuidado, nos vigilan.
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Pasarlo por los ojos. Si se pasa el abanico por los ojos significa, Lo siento. Si cierra el abanico tocándose los ojos quiere decir, «Cuando te puedo ver».
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Abrir abanico y mostrarlo. Significa, «Puedes esperarme».
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Cubrir la cara. Cubrir la cara con el abanico abierto, significa: Sígueme cuando me vaya.
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Apoyar los labios. Si apoya los labios sobre el abanico o sus padrones, significa desconfianza, «No me fío».
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Pasarlo por la mejilla. Significa, «Soy casada».
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Deslizarlo sobre los ojos. Significa: «Vete, por favor».
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Mano izquierda. Llevarlo en la mano izquierda quiere decir: «Deseo conocerte». Moverlo con la mano izquierda significa: «Nos observan».
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Mano derecha. Llevarlo o moverlo con la mano derecha, significa: «Amo a otro».
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Pasarlo de una mano a otra. Significa, «Estás flirteando con otra» o «Eres un atrevido”.
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Girar con la mano derecha. Significa: «No me gustas».
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Tocar la palma de la mano. Quiere decir: «Estoy pensando si te quiero».
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Sobre el corazón. Apoyar el abanico abierto sobre el corazón o el pecho, quiere decir: «Te amo» o «Sufro por tu amor».
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Darse en la mano izquierda. Darse un golpe con el abanico cerrado en la mano izquierda significa «Ámame».
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Mirar dibujos. Mirar los dibujos del abanico, quiere decir: «Me gustas mucho».
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Bajarlo a la altura del pecho. Significa: «Podemos ser amigos». También dejarlo colgado, quiere decir «Seremos amigos».
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Cerrarlo sobre la mano izquierda. Quiere decir: «Me casaré contigo».
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Saldré. Ponerse en el balcón con el abanico abierto o salir al balcón abanicándose. También entrar en el salón abanicándose.
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No saldré. Dejarse el abanico cerrado en el balcón, salir al balcón con el abanico cerrado, o entrar en el salón con el abanico cerrado.
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Arrojar el abanico. Quiere decir: «Te odio». o «Adiós, se acabó».
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Presentarlo cerrado. Significa: «¿Me quieres?».
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Sobre la oreja. La izquierda «Déjame en paz no quiero saber nada de ti». La derecha «No reveles nuestro secreto».
(De: protocolo.org)